"... frente a los triunfos laborales, frente a las promesas de grandes sueldos, de promoción..., frente a todos los proyectos legítimos, cabe la posibilidad de descuidar lo más importante: la felicidad del otro. Conviene entonces pensar que la juventud sólo se tiene una vez, y que es una lástima perderla bajo un flexo. Que la plenitud también se disfruta pocos años, y que es una pena entregarla a una firma comercial. Que la infancia y la adolescencia de los hijos son periodos irrepetibles, y que nada duele más que ver como se marchan de casa con la sensación de que para ellos sólo hemos sido unos extraños."
Miguel Aranguren (escritor) Leído este fin de semana en TELVA.
Jose.