"Yo vivo en Pamplona, unos 200.000, y a veces se me queda grande de verdad... pero la peor contaminación es la de los valores, la deshumanización y el consumismo imparable de nuestra sociedad. Las montañas no son peligrosas, porque la vida la vamos a perder si o si, pero las cosas que hacemos los hombres son peligrosas. Y en nuestra sociedad hay cosas mucho peores que esa aglomeración o contaminación de la que hablabas... Soledad, hastio, depresión, insolidaridad, consumismo, la clase política, los valores de éxito social, los cánones de belleza imperantes, qué se yo, mil cosas... Por eso irse lejos de vez en cuando es muy importante para mi, para tomar perspectiva. No hace falta que sea a un ochomil, aunque desde allí arriba de eso hay un huevo, desde luego...
Yo asumo el riesgo de una manera muy sencilla. Sé que la vida la voy a perder igualmente, un dia u otro, así que no me compensa cambiar de dirección supuestamente para ganar más días. Nadie me garantiza nada, en las montañas o en la ciudad. El riesgo con sentido, sopesado, madurado, me hace ser el que soy. Y nosotros sólo tenemos una ventaja respecto a las montañas; nosotros tenemos piernas y ellas no. Ellas son mucho más fuertes, nos pueden borrar de un soplido. Pero nosotros podemos ir y volver, mientras ellas se quedan en el sitio. Yo fui al K2 cuatro veces hasta que subí, y él estaba cabreado, muy enfadado, pero condenado a no moverse un palmo. Así que cuando se decuidó, zas, ya me tenía en su chepa... y si hubiera tenido qu evolver cinco, pues mejor. Qué más quiero yo. En fín, mejor vivir muchos años, así que no os muráis ninguno porfa, pero con muchas montañas de por medio. El que no se arriesga, no vive."
Iñaki Ochoa de Olza.
Jose.