"A quien quiera acompañarme le cambio versos por penas,
bajo los puentes del Sena de los que pierden el norte
se duerme sin pasaporte y está mal visto llorar..."











martes, 10 de enero de 2006

Dedicado a los lectores
(animado por alguien que compartió sus escritos)


<<… después de buscar durante un buen rato, encontró sus zapatitos más nuevos, estaban guardado en una cajita de madera, mamá los había puesto ahí, protegidos con una tela para conservarlos por su valor, ahora, apenas sin brillo, veían de nuevo la luz, esta vez de la luna de una noche de enero. Después de Ponerse de puntillas, una vez abierto el ropero del pasillo, alcanzó de la balda más alta la caja de los betunes, para encontrarse a continuación, sentado en el suelo, con un zapatito en una mano y un cepillo con crema negra en la otra. El toque final del trapo hacia un lado y otro lo dejaron finalmente brillar. Bajo los cristales anteriores al balcón, justo delante de la cortina que ondeaba de la brisa que dejaba entrar la puerta abierta, colocó los zapatitos nuevos completamente limpios. Repasó minuciosamente la mesa con los turrones, los licores, los vasitos de leche y los cubos con agua para las bestias que papá y mamá habían colocado para la noche de magia. Todo esto con el pijama puesto y nervioso por acostarse lo antes posible, ya que una vez hecha la oscuridad de la noche podrían llegar en cualquier momento. Los nervios no le han dejado cerrar los ojos lo rápido que le hubiera gustado, como si cuanto antes se durmiese antes despertaría, aunque lentamente y en varias escalas finalmente se cerraron hasta mañana. Mientras dormía soñaba con que los había oído, o al menos eso quería pensar a la mañana siguiente. Como un rayo, fue corriendo a la cama de papá y mamá, gritando, sin saberlo aun, ¡ya han venido!, como si tan solo la luz del día se lo asegurara, y con el respeto de ser autorizado, no ha pasado por el salón. Además papá y mamá saben bien para quien es cada regalo. Con las cejas bajas como queriendo evitar la mirada, de nuevo nervioso, agarrado al pijama de mamá, y siempre como detrás, vio los regalos, entonces subió rápidamente las cejas, abrió los ojos más que de costumbre y, con la boca abierta como para decir algo, se quedó, durante unos segundos quieto y callado a la vez que abría una dulce sonrisa. Ese es verdaderamente el momento de magia. Todo es como él había esperado. El resto, ya, y a partir de ahora dejan a un lado las demás cosas…>>

Ojalá viva contigo mucho momentos de esa magia. Te juro que es como me haces sentir.

Hoy te he echado más que nunca de menos.

Un besito.

(c.13 "La Caja de los Betunes". 5 de enero de 2004. Diegui)

7 comentarios:

Algo personal dijo...

Jose, soy consciente de que es muy largo... solo es para el que lo queira leer.

Diegui.

Algo personal dijo...

Diegui, no hagas caso, es muy bonito, muy romántico y sentimental como tú. A mí también me ha gustado mucho. Yo sí creo en la magia de las pequeñas cosas, y sobre todo en expresar abiertamente esa sensibilidad a los demás que es un rasgo de tu caracter que todos deberíamos imitar.
Aurora.

Algo personal dijo...

No hagas caso ¿a quién?

Jose.

Algo personal dijo...

Me refiero en general a los excépticos y en particular ( ya que lo preguntas ) a aquellos que "criticaron" a Diegui por aquel relato del Rey..., no recuerdo nombres, es lo de menos.

Aurora.

Algo personal dijo...

jose, ya la he "liao". ¿te das cuenta que es facilísimo, no?

Diegui

Algo personal dijo...

muy bonito diego......y mágico!!!

Nuria

Algo personal dijo...

Tú vales mucho,nene! Besos.

Jaime