El mayor, el sandwich y el pequeño

Os hago partícipes de otro de los artículos públicado por Benito Peral en el blog del mundo, y del que soy fan incondicional, casi tanto como de Jimenez Losantos.

¿Eres el mayor de los hermanos, el pequeño o estás en medio? Es curioso que algo así influya en los rasgos de personalidad. No determina, no es una ley general que siempre se cumpla, pero influir influye. Mi antiguo alumno, amigo y compañero hoy, el doctor Jorge Barraca lo analiza en su libro 'Locos por la familia'. Analízalo tú en ti y en los tuyos.
El mayor de los hermanos o la mayor (no insistiré en la diferencia de género, eso de ciudadanos y ciudadanas es muy tedioso) es más responsable, porque sobre los primogénitos recaen más expectativas y presiones. Maduran más rápidamente y se convierten en cuidadores del resto, eso les da a su carácter un rasgo paternalista y también un tufillo autoritario. Tienen que cargar con eso de tienes que dar ejemplo, lo que les lleva a desarrollar aún más el principio del deber. Quizás por ello sean también más serios e introvertidos. Si además es el primer nieto gozan de más privilegios y están más considerados. Si eres primogénito la obsesividad y el perfeccionismo son frecuentes y esos rasgos te hacen más vulnerables a la depresión.
Los sándwiches, suelen ser más despreocupados e independientes, pero sensibles y vulnerables emocionalmente. Tienen menos ventajas y también menos conflictos. Tienden a provocar todo tipo de situaciones para concitar la atención de los padres. Dicen que son los que mejor se desenvuelven fuera de casa. En España se están convirtiendo en una especie en peligro de extinción porque las familias con tres hijos son poco numerosas y se consideran por eso paradójicamente numerosas. Yo soy sándwich, pero también el único chico entre seis chicas, y eso me convierte más bien en un raro ejemplar.
El benjamín aparece como más alegre y feliz, mimado y mimoso, más infantil y dependiente. Si llega cuando los padres son mayores, estando ya cuajaditos, que dicen en mi pueblo, la maduración será más lenta y estará más tiempo vinculado a los padres. Sin pretenderlo, los padres ralentizan el crecimiento emocional del pequeño, como si inconscientemente intentaran tener siempre un bebé. Es muy difícil encontrar casos de personalidades obsesivas entre los benjamines. El principio del deber o yo-padre pesa mucho menos en ellos que el principio del placer o yo-niño. Dicen por ello las malas lenguas que son más trastos, más balas y más irresponsables. Pero si eres benjamín no te sientas culpable, no eres responsable de ser irresponsable.

Yo soy sandwich.
Pilar, la sandwich.